Ir al trabajo o a la escuela por las mañanas en el transporte público de Mérida resulta una ‘odisea’ para las más de 250 mil personas (26 por ciento de la población) que usan ese medio cada día, enfrentándose a problemas de conexión entre líneas, mal estado de las unidades y saturación del mismo servicio. Para ello, investigadores del CentroGeo en Yucatán han desarrollado un gadget que podría solucionar los desafíos de movilidad de la ‘ciudad blanca’.
El responsable de este instituto en la entidad, Óscar Sánchez Siorda, comentó a El Financiero cómo mejorar la calidad del transporte público de Mérida a través del uso de un Sistema de Posicionamiento Global, o por sus siglas en inglés, GPS.
“Este aparatito (GPS) es capaz de detectar cuántos teléfonos celulares hay cerca de él, entonces si yo lo pusiera en los camiones, en el transporte público, yo no nada más podría saber dónde están los camiones sino estimar cuántas personas hay encima de ese camión, en ese momento, de forma automática simplemente poniéndolo y conectándolo”, señaló.
Este GPS nació a partir de la aplicación Taxi Seguro, que dejó de funcionar el año pasado, cuyo propósito era rastrear a esos medios de transporte y en caso de ser necesario enviar patrullas a las unidades donde se activara un botón de pánico dentro de la aplicación o el vehículo.
Además de servir para conocer cuántas personas utilizan una ruta de transporte público, este GPS puede saber si los conductores se saltan las rutas, realizan paradas donde no deben e inclusive si van a exceso de velocidad; por esta razón, Sánchez Siorda consideró que es muy complicado instalarlos en las unidades de transporte público, ya que los choferes piensan que están siendo ‘espiados’.
“Lo primero que piensan (los conductores) es que los estás espiando y van a ver dónde viven, adónde llevan los camiones, qué hacen, por dónde se saltan las rutas, entonces, cómo sabemos perfectamente que los camioneros hacen paradas donde no deben, toman calles que no deben, van a velocidades que no deben, cruzan donde no deben, el ponerle un aparatito (GPS) así que no es siquiera para inspeccionar si ellos están haciendo lo que deben o no, sino para mejorar la movilidad de la ciudad, ellos se sienten atacados”, manifestó.
El investigador reconoció que para poder colocar estos dispositivos en las unidades de transporte público es necesario una ley que obligue a todos los prestadores del servicio a hacerlo.
“No es muy sencillo, tienen que entrar desde la parte de arriba del gobierno a través de una legislación que haga que todos los camiones o que todas las combis tienen que tener estos aparatos, si no (cuentan con el GPS), no pueden operar o no tienen derecho a tener la ruta y entonces es la única forma que va a funcionar”, comentó.
Sánchez advirtió que para poder generar rutas inteligentes y funcionales se tiene que cubrir con la totalidad del parque vehicular del transporte público de Mérida.
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